¿Son las 35 horas la solución al desempleo?
"Ganarás el pan con el sudor de tu frente"(Génesis, 3,17-19). Y desde aquellos primeros días no ha dejado de ser así para el común de los mortales. Castigo del Señor o bendición divina. La verdad es que el momento fatídico que anuncia el despertador y las horas posteriores dedicadas al trabajo que, si ya no ingratas, son para la mayoría agotadoras, hacen que se vivan como una condena. Pocos tienen la suerte de desarrollar la actividad que desean.