MARÍA DE ÁVILA
Nació queriendo bailar. Llegó y se mantuvo en lo más alto de la danza. Recorrió medio mundo, de gira en gira, cosechando éxitos. Algunos de sus alumnos siguieron sus pasos y hoy triunfan en grandes compañías internacionales. Sus armas siempre fueron el trabajo, la constancia y una vocación que nunca le ha abandonado.