Plan FIJA
El Plan FIJA nació en 1999 dentro del Acuerdo para el Fomento de Empleo de la Comunidad Autónoma de Aragón. Estamos en el 2004 y parecerse afianzado. Háblenos de las cifras y porcentajes del proyecto: personas que se han acercado a obtener información, gente inscrita, inserción laboral, número de empresas, sectores principales.
Desde el año 99 al día de hoy podemos hablar de la consolidación del Plan FIJA, puesto que las cifras han superado las expectativas más optimistas. Si hablamos y nos dirigimos al número de personas que han venido a informarse, de potenciales usuarios, más de 3.000 jóvenes aragoneses entre 16 y 20 años se han inscrito durante todo este tiempo en el Plan FIJA. De ellos, 1.100 han comenzado a trabajar desde el Plan FIJA a través del contrato para la formación. Son unas cifras de inserción realmente buenas.
Además, hemos encontrado al resto, salvo contadísimas excepciones, una o varias oportunidades para trabajar. Desde el punto de vista empresarial, son más de 1.000 las empresas que han venido a informarse y, de ellas aproximadamente, más de 450 han contratado a esos 1.100 jóvenes durante estos años. Al final, como fórmula de inserción laboral de jóvenes en empresas aragonesas, el
Plan FIJA ha logrado unas cifras bastante aceptables.Según las estimaciones del Instituto Aragonés de Fomento, la FP en Aragón registra menores tasas de desempleo que los estudios universitarios, el 9’71 frente al 14’5. Con la apuesta por el Plan FIJA, ¿puede decirse que la FP, en general, va a experimentar un auge en los próximos años?
El Plan FIJA de ninguna forma quiere hacer sombra ni competir con la formación reglada. Son sistemas, los de la formación reglada, consagrados que existen desde hace muchos años y han mostrado su validez. Creo que las personas a las que se dirige el Plan FIJA son precisamente aquellas que no van a seguir la formación reglada por diversas circunstancias y, entonces, van a sufrir un corte en sus vidas en el que se separan de ese sistema de formación. Una vez han superado la escolaridad obligatoria no continúan y se quedan sin saber qué hacer y hacia dónde dirigirse. Esos son los que nosotros venimos a recoger y a prestar servicio.
¿Qué saben estas personas normalmente? Saben que la alternativa a no seguir estudiando es ponerse a trabajar, pero muchas veces no saben ni de qué, ni cuándo ni cómo, ni muchas cosas. Esos son los que intentamos informar, orientar e insertar en el mundo del trabajo. La FP, los grados formativos de ciclo medio actuales, son otra cosa la cual estoy convencido de que van a tener un auge, puesto que tienen unas salidas extraordinarias y maravillosas. Lo que pasa es que, normalmente, se dirigen a otro perfil de personas distinto al que nos dirigimos nosotros.
Y ese perfil, ¿se compondría de gente que procede del fracaso escolar, que está realmente interesada en aprender esa profesión o que está desorientada?
Pues de las tres cosas, de la mezcla de las tres. Son gente que está desorientada puesto que lo único que sabe es que no va a seguir estudiando. Pero muy pocos de esos chicos saben qué hacer exactamente. Hay gente orientada hacia la acción y no tanto hacia el estudio, hacia los oficios, el trabajo, a hacer algo con sus manos. Son gente que, a veces, procede del fracaso escolar y otras que, simplemente después de haber superado la escolaridad obligatoria y haber obtenido el título de graduado en educación secundaria, no quieren seguir estudiando. En parte, sí que vienen quienes han finalizado su escolaridad y no han superado el título de graduado en educación secundaria pero, otras veces, lo poseen. Es una mezcla de esos tres perfiles perfectamente posible.
Experiencia pionera
Experiencia pionera en España, que podría servir de ayuda para que se adoptase en otras comunidades, ¿hay colaboración con alguna de ellas, de cara a que quienes realicen está formación pueda servirles la titulación obtenida fuera de Aragón?
Hay un proyecto que avanza muy lentamente, que es el de establecer un sistema nacional de cualificaciones que permita que una persona fuera de la comunidad autónoma que proceda pueda certificar que posee unos conocimientos y aptitudes para desempeñar un cierto oficio. Es decir, alcanzar un certificado de profesionalidad bien sea a través de la experiencia, del aprendizaje mezclado con la experiencia o de la formación reglada en cuyo caso tienen el título correspondiente.
Lo que ocurre es que ese sistema, a día de hoy, es un proyecto del que se ha hablado mucho pero no está materializado en unos órganos, en unos entes que garanticen el derecho a que alguien avale los conocimientos y que pueda esgrimirlos en cualquier otro lugar para trabajar. Eso no existe ahora mismo. Lo único que puede hacer un trabajador al cambiar de localidad, de comunidad autónoma, es mostrar su currículo como ha hecho siempre, decir dónde ha estado trabajando, excepto que haya seguido un ciclo de formación reglada en cuyo caso tendrá un título que esgrimir. Pero, en caso contrario, su arma es su propio currículo.
Incidiendo con esto, ¿qué carácter oficial tiene este título?, ¿a qué se puede equiparar?
Vamos a hacer una distinción. Una persona que pase por el Plan FIJA recibe dos certificados: un certificado que le da el centro de formación donde aprende el oficio y otro certificado que le da la empresa donde desarrolla su labor cotidiana. ¿Qué hace con esos dos certificados? Los puede enseñar en cualquier momento con su nivel de aprovechamiento correspondiente, con los contenidos que ha alcanzado, con las actividades que ha desarrollado cuando vaya a pedir trabajo a otro sitio, cuando le ofrezcan una oportunidad de empleo en otro lado.
El certificado de profesionalidad es otra cosa que habría que alcanzar a través de ese sistema nacional de cualificaciones y que tendría que tener unos sistemas de acceso, unos tribunales o simplemente unas valoraciones de currículo. El certificado de profesionalidad sería lo que podría tener un trabajador después de varios años de experiencia práctica en el trabajo. Están publicados los certificados de profesionalidad y los requisitos, pero no están en marcha los órganos que apliquen unos criterios para confirmar que una persona cumpla con esos requisitos.
Parece que la FP en Aragón está viviendo buenos momentos. El 25 de septiembre del 2002 se presentaba el Plan Aragonés de Formación Profesional, con un período de vigencia del 2002 al 2006, resultado de la firma del Acuerdo Económico y Social para el Progreso en Aragón (AESPA) entre el Gobierno y los agentes económicos y sociales. ¿En qué medida se ha visto el Plan FIJA potenciado por este acuerdo?
Se ha visto potenciado desde su nacimiento por el consenso y el acuerdo de los agentes sociales y el Gobierno de Aragón, y ese es precisamente su punto fuerte. El que en nuestra tierra los empresarios, representados por las confederaciones empresariales, y los trabajadores, por las organizaciones sindicales, se hayan puesto de acuerdo con la Administración Pública, que es el Gobierno de Aragón, para impulsar un proyecto como es el Plan FIJA, no deja de ser un orgullo y una satisfacción.
Han sabido sumar fuerzas para llegar a un sitio positivo. Por tanto, naciendo del acuerdo como ha ocurrido siempre con el Plan FIJA, la firma del AESPA o los acuerdos o sucesivos convenios que se han ido suscribiendo, han venido a avalar la fórmula de este planteamiento y la voluntad de todas las partes de continuarlo, de impulsarlo y de reforzarlo. De nada hubiera valido que una de las partes se hubiera empeñado por sí sola en sacar adelante un plan como éste sin el apoyo y la aquiescencia de los demás.
De hecho, esto se traduce en que hay una cooperación cierta, verdadera y sincera entre los agentes sociales a la hora de prestar un servicio tanto a los jóvenes aragoneses de 16 a 20 años como a las empresas aragonesas, que demandan personas cualificadas y que no las obtienen en el mercado de trabajo y que, a través de este proyecto, pueden tener su propia cantera, sus propios aprendices. Hoy no están cualificados pero pasado mañana tal vez sí. Creo que todos los agentes sociales y el Gobierno de Aragón han tenido un criterio y un sentido común admirable a la hora de sacar un proyecto difícil, y subrayo lo de difícil, como es el Plan FIJA.
{mospagebreak }Peculiaridades
Centrándonos en los oficios que son parte del Plan FIJA para formar a los jóvenes, ¿qué criterio han elegido para seleccionarlos?
El criterio ha sido que existe una demanda cierta y verdadera por parte de las empresas y unas pretensiones por parte de los jóvenes hacia esos oficios. Nos apoyamos mucho en los sectores de actividad. Por ejemplo, los oficios van dirigidos, normalmente, a sectores como el metal y empezamos con soldadores y caldereros; continuamos con el sector de la madera, carpinteros y ebanistas; pasamos luego a toda la parte del sector servicios, dependientes de comercio, camareros, cocineros; tocamos también el sector de las artes gráficas, impresores de máquina offset, serigrafiadores, grafistas maquetistas; pasamos a todos los sectores auxiliares del mundo de la edificación y la construcción y tocamos oficios como electricista, fontanero, albañil…
Básicamente, serían sectores en los que hay mucha demanda para encontrar un puesto de trabajo
Justamente. Y ahora mismo no hay profesionales disponibles en el mercado de trabajo para cubrir la demanda de las empresas. Los últimos que hemos cubierto van desde el sector servicios, como oficinas, auxiliar de servicios, hasta el sector de industria textil, como planchador de confección industrial. Hemos ido ampliando, paulatinamente, el espectro de oficios y, a día de hoy, nos dirigimos a más de veinte oficios.
¿Puede una persona que esté en el perfil de lo que demanda el Plan FIJA acogerse a él si realiza su trabajo en una empresa que no esté dentro de alguno de sus sectores, por ejemplo, alguien que trabaje como pasante en un bufete?
Más que el sector donde se desenvuelve la empresa tiene que ver con la ocupación que realice realmente la persona. Si en un bufete, en este caso es el ejemplo que nos ocupa, hay un chico o una chica que quiere aprender el oficio de empleado administrativo, oficio que lo puede realizar a través del contrato para la formación, puede esa empresa acogerse al Plan FIJA. De hecho, tenemos un grupo de empleadas administrativas, y digo empleadas porque son mayoritariamente chicas empleadas administrativas, algunas de ellas están en alguna pasantía y, si no, en gestorías, son administradores de fincas…
Por supuesto que sí, claro que podría. Podría demandarnos o bien aportarnos esa empresa un candidato o candidata, contratarlo a través del Plan y se asegura de que esa persona va a aprender el oficio paulatinamente. Tiene que tener en cuenta que lo está contratando es un aprendiz, no un oficial hecho y derecho, y tiene que tener paciencia y rigor y enseñarle el oficio. Lo puede perfectamente contratar y muy gustosamente le prestaremos el servicio lo mejor que podamos.
Para acceder a una empresa, ¿es necesario pasar algún tipo de prueba ?
No necesariamente. Si hacemos alguna vez algunas pruebas es para valorar mejor a los candidatos. Es decir, hacemos unas pruebas pero son muy genéricas para poder conocerles a la hora de asignarlos a las ofertas de trabajo. Nosotros, generalmente, conocemos a las empresas porque, afortunadamente, las empresas que contratan aprendices luego repiten, es el gran éxito del
Plan FIJA. Ya sabemos que unos son más rigurosos, otros más permisivos, hay quienes en cuestión de aptitudes prefieren a jóvenes de una determinada manera, más hábiles.A la hora de asignar candidatos queremos conocerlos mejor de lo que nos puede permitir una simple entrevista o sesión con ellos. Entonces, se suelen hacer algunas pruebas, no en todas las ocupaciones aunque sí en algunas de ellas, pero muy básicas. Hay que dejar claro que eso sólo nos sirve como instrumento interno de trabajo del
Plan FIJA a la hora de asignar candidatos, dos o tres, a la empresa que nos ha pedido un soldador, un carpintero o un administrativo.En ningún caso esas pruebas nos valen para seleccionar, la empresa hace luego su selección. Esto puede consistir en otras pruebas, en una entrevista o en un análisis del currículo de cada uno de los chicos. La que en última instancia selecciona es la empresa. No es necesaria ni experiencia, ni cualificación previa para acceder al Plan. Es decir, un chico que nunca haya trabajado y que además no sepa desarrollar ningún oficio, puede venir perfectamente.
De lo que se trata es de cualificar aprendices, chicos que no sepan hacer a día de hoy nada. Nuestro objetivo es que, entre seis y como máximo 24 meses, dominen ya un oficio en grado suficiente como para desarrollarse y desenvolverse en ese sector de actividad.
Contrato
Los jóvenes al entrar a formar parte de las empresas firman un contrato de formación. ¿Qué particularidades presenta el contrato? ¿Cuál es la diferencia con un contrato de prácticas?
La diferencia principal entre un contrato de formación y otro de prácticas es que el contrato de formación va dirigido a personas con baja o nula cualificación, cosa que no ocurre con el contrato de prácticas. El contrato de formación se dirige a aquellas personas que han finalizado o no la educación secundaria obligatoria, incluso están estudiando el bachiller, pero no van a continuar estudiando. En el caso de un universitario con un título universitario no podría firmar nunca un contrato para la formación.
¿Cuáles son las peculiaridades del contrato para la formación? Ofrecemos un porcentaje del tiempo en un centro de formación y otro porcentaje en el puesto de trabajo de la empresa. En concreto, sería que esa persona va a pasar el 80% de la jornada laboral en la empresa, en su puesto de trabajo, y un 20% en un centro de formación para aprender el oficio desde sus rudimentos y fundamentos básicos.
Esto no es así día a día, puede variar. Consideramos que si hay cinco días laborales a la semana, uno de esos días, el lunes, va al centro de formación y los cuatro restantes, el 80%,va a la empresa. O, incluso, podemos llegar a aglutinar la formación por semanas. Por cada cinco semanas, una va a formación y las otra las pasa trabajando en la empresa.
Esa es un poco la peculiaridad, que es un 80% del tiempo en la empresa, un 20% en el centro, y que pone a disposición de ese joven, de esa empresa y del programa formativo, un tutor. Hay una persona encargada de velar por el buen fin del contrato para la formación, por la congruencia entre la formación que recibe el joven en el centro, las tareas que desarrolla en la empresa, su actitud como trabajador y alumno y el buen discurrir de la relación laboral.
Porque es muy tranquilizador, desde el punto de vista del trabajador, que en muchos casos es su primera experiencia de trabajo, como para la familia del trabajador, saber que no va a sentirse solo en el puesto de trabajo. Va a tener una persona llamándole por teléfono, hablando con la empresa, ocupándose de él. En definitiva, intentando solventar aquellos malos entendidos que puedan surgir en la relación laboral.
¿Qué singularidades presenta el contrato en lo relativo a su duración?
La duración mínima es de seis meses, lo que pasa es que es prorrogable ese mismo contrato hasta dos años, como norma general. Entonces, ocurre que hay oficios en los que en seis meses da tiempo para dominarlos porque son más sencillos. En cambio, otros necesitan más duración. Por la destreza que exigen, por la dedicación, no se llegan a dominar en ese tiempo. Lo dejamos un poco al criterio de la empresa y del trabajador, es una relación laboral. Nosotros podemos lubricar esa relación, intentar aclararla y dulcificarla para que se desarrolle lo mejor posible, pero, finalmente, son una empresa y un trabajador los que tienen que decidirse sobre su futuro.
Entonces, vamos a suponer que finalizado el primer contrato para la formación, que se llama contrato inicial, de seis meses, tanto empresa como trabajador llegan al acuerdo de que no les vendría nada mal a ninguno de ellos prorrogarlo seis meses más. No pondríamos inconveniente alguno. Se estaría cumpliendo el buen fin del contrato para la formación. Esas actividades se pueden estar seis meses más aprendiendo o, incluso, hay algunas que hasta 24 meses. Intentamos dar un trato muy personalizado, los chicos son cada uno distintos y las empresas también son diferentes.
Una de las ventajas del Plan es que los jóvenes reciben asesoramiento acerca de la profesión que más les puede convenir. Sin embargo, ¿se permite a los usuarios cambiar de ocupación una vez elegida ésta en el caso de no estar acorde con sus expectativas?
Sí, es cierto. La mayor parte de los jóvenes que se acercan a nosotros tienen una idea de en qué consisten las ocupaciones pero no saben exactamente los detalles de cada una de ellas. Lo que hacemos es que conforme vamos programando contrataciones en diversas ocupaciones, desde dependiente de comercio a planchador, albañil o carpintero, les explicamos en qué consisten cada una de las ocupaciones, qué tipo de empresas son las que contratan, qué clase de jornadas llevan, cuáles son las tareas fundamentales, etc…
Intentamos, antes de que ellos se decanten por el oficio y muestren interés, que sepan dónde se están metiendo. Hay veces, que hacemos visitas a las empresas para que les entre por los ojos eso mismo que les estamos contando. Cuando ellos ya muestran un interés, supongamos que es una chica que quiere ser dependiente de comercio, nosotros contactamos con ella para mandarla a las distintas selecciones de las empresas que nos demandan dependientes de comercio. La empresa es la que selecciona, nosotros simplemente proponemos candidatos.
Vamos a suponer que una vez es contratada como dependiente de comercio, se da cuenta de que eso no es lo suyo, que tiene dificultades en el trato con el público, que lleva muy mal estar ocho horas de pie, etc… ¿Le damos oportunidad de cambiar de ocupación? Lo que aquí, fundamentalmente, obra son las formas y maneras con las que la persona transmite esto. Si sus razones se las hace comprender bien a la empresa y justifica adecuadamente que se ha equivocado y que lo siente, normalmente, no tenemos problema ninguno en ofrecerle otra oportunidad en otra ocupación distinta.
En cambio, si ella de buenas a primeras ya no acude más al trabajo y la empresa nos llama y nos pregunta qué ocurre con esta joven, que falta en su puesto, y al intentar contactar con ella se niega atendernos, pues, probablemente, tengamos que decirle que no podemos contar con ella para brindarle otra oportunidad, porque no nos ofrece garantías de que vaya a responder convenientemente.
{mospagebreak }Empresas
Desde el punto de vista empresarial, ¿cuál es el grado de aceptación de las empresas de este Plan? ¿Alguna empresa se ha distinguido por su implicación en el proyecto?
La respuesta de las empresas aragonesas al Plan FIJA ha sido excepcional. Ha levantado un gran interés. Se han implicado muchas de ellas, algunas por encima de lo que sería lógico esperar. Han participado de la vertiente social de este proyecto, la han apoyado y han mostrado una paciencia, dedicación y sensibilidad admirable. Porque no nos engañemos, al final lo que hace la empresa es pagar a una persona para enseñarle.
Y quizás estamos en un tiempo en que lo normal es pagar por recibir algo a cambio, no por dar. En ese caso, a las empresas incorporar un aprendiz les supone dedicación, asignar un oficial al tanto de ese aprendiz, asumir los errores que éste cometa e, incluso muchas veces, hasta cambiar su mentalidad y su forma de pensar. Porque el encargado o la plantilla tienen una edad media elevada y les llega un chico con 16, 17 o 18 años. Son contados con los dedos de una sola mano aquellos casos en que, realmente, ha habido una utilización no adecuada del Plan. En líneas generales, la actitud, la respuesta y la acogida de las empresas aragonesas con el Plan FIJA ha sido excelente.
¿Se puede valorar su nivel de acogida por sectores?
Cada sector es distinto. Depende del grado de competitividad de cada sector. Hay sectores que su valor añadido les permite cierta veleidad y hay sectores que por un céntimo se quitan un pedido una empresa a otra. Lógicamente, este sector es más exigente y menos permisivo con los aprendices que el sector que tiene cierto valor añadido.
Muchas veces, ocurre que incluso el mismo material influye. Los que se trabajan en los oficios son más nobles, más tranquilos, más amigables y hay otros que son más duros. Luego dentro de cada sector, hay empresas que van a salto de mata y otras que planifican convenientemente, tienen un plan de contingencia por si les surge un imprevisto, etc.
Todos en general y dentro de sus posibilidades han respondido convenientemente, de manera notable y excelente al proyecto. Lo que pasa que hay sectores que son tremendamente competitivos. No tienen margen, no tienen tiempo para dedicárselo a lo que ellos quisieran y deberían, me refiero a cosas importantes de la empresa, no ya a los aprendices que les llegan.
¿Han recibido alguna queja por parte de las empresas en relación a la actitud de los trabajadores o se han quejado éstos de sufrir alguna forma de picaresca por parte de aquellas, como tener que hacer más horas que las establecidas?
Sí. Picaresca hay por parte de la empresa, aunque contados con los dedos de una mano, y de los trabajadores. Por parte de éstos últimos es más disculpable, desde el punto de vista que son chicos y chicas jóvenes y la vida todavía no les ha llegado a decir qué es lo importante. Piensan que aún están en el instituto, que pueden escudarse en ciertas cosas y no son conscientes de que están comportándose coma adultos, teniendo responsabilidades. No son casos significativos. En un número abrumador de casos, lo normal es que las empresas cumplan de una manera estricta y rigurosa con las condiciones de trabajo y los chicos también.
Es problema de relaciones de trabajo. Vamos a pensar que el encargado es una persona rigurosa, estricta, que empezó de la misma manera pero hace unos cuántos años en los cuales las cosas eran más difíciles. Entonces, se le planta un chico o una chica de 16 ó 17 años y tiene las dificultades propias de comunicar con una generación más joven. Ya no es tanto un problema de empresa o de trabajador, es más bien del encargado con el chico que le ha llegado. De ahí, nacen muchas veces problemas, roces, malos entendidos.
¿La empresa que acoge a estos jóvenes goza de algún beneficio fiscal o exención de cuotas como ayuda por formar parte del proyecto?
No. A la empresa le cuesta pagar el sueldo al aprendiz, le cuesta cotizar a la Seguridad Social. Lo único en lo que ayudamos a la empresa y al trabajador, fundamentalmente, es con una ayuda económica que se cifra en alrededor de seis euros diarios, día laborable o de formación, para complementar la retribución del contrato para la formación. En eso el Plan les sirve de ayuda.
Donde sí que tiene exenciones fiscales o bonificaciones es si la empresa, con ese trabajador contratado para la formación en un momento determinado, quiere convertir ese contrato para la formación en contrato indefinido, quiere mejorar la calidad y la estabilidad del empleo. Hay sí tiene sustanciosas ayudas o subvenciones, desde sus cotizaciones a la Seguridad Social pasando por ayudadas del Gobierno de Aragón, etc, siempre y cuando cumplan unos requisitos.
Difusión
Como alternativa a los estudios universitarios y a la FP reglada parece una opción muy válida. ¿Hacen campañas de difusión por los colegios e institutos para que los jóvenes puedan tener noticia de este programa?
Desde luego que sí. Ahí contamos con la ayuda de todos los profesionales y orientadores de los institutos. Tenemos orientadores que han pasado por aquí a informarse. De hecho, periódicamente, organizamos alguna sesión de presentación sobre orientadores nuevos de instituto, sobre antiguos que se han incorporado y que no saben muy bien que es el Plan FIJA. Les damos la oportunidad de venir por aquí, les damos material, les explicamos en persona que es el Plan FIJA. Hasta vamos nosotros, por demanda de un profesor o de un instituto, a los centros para presentar el proyecto a los chicos directamente. La información es fundamental.
Las personas que nos derivan a muchos jóvenes son orientadores que cuando ven que un chico ya no va a continuar estudiando, no conduce a nada el intentar algo que no sea darle una salida en el mundo del trabajo. También junto a los orientadores de instituto, están los servicios de empleo, el propio INAEM cuando nos deriva a su gente, los servicios de empleo de las confederaciones empresariales, de las sindicales, gran número de instituciones y organizaciones sin ánimo de lucro. Mantenemos contacto con muchas asociaciones.
No podemos asegurar un puesto de trabajo a todo el mundo, lo que sí que podemos asegurar casi al cien por cien son oportunidades para ir a ver empresas, para participar en procesos de selección.
Lo que, en un principio, desde 1999 iba a abarcar hasta el 2002, se ha prorrogado en el tiempo. Esto indica un éxito del planteamiento y acometida de este tipo de iniciativas. ¿Contemplan la posibilidad de realizar algún cambio? ¿Introducir alguna novedad como ampliar el número de oficios?
Este 2004 es el año de la continuidad del Plan FIJA. Se va a establecer un nuevo marco escrito de acuerdo y convenio entre las partes que apoyan el Plan. Nuestro objetivo es que continúe y así lo han expresado todas las partes, empezando por el Gobierno de Aragón. En principio, no se contempla un cambio sustancial en las formas, en los métodos, en las actuaciones. ¿Mejoras? Pues es probable que aprovechando que hay que suscribir un nuevo convenio entre las partes, se pueda introducir alguna nueva o algún aspecto que la experiencia nos ha dicho que sería positivo. Pero, a día de hoy, no hay ninguna modificación sustancial de