Adictos al trabajo

Y a diferencia de los simples hábitos o influencias de consumo, las adicciones son dependencias con peligrosas consecuencias en la vida real que estropean o afectan negativamente destruyendo relaciones afectivas y el estado de salud físico y mental así como la capacidad de moverse de manera práctica.

Las frustraciones personales y la imposibilidad de relajarse, hacen que cada vez más individuos utilicen el trabajo como una coraza defensora frente a sus miedos no determinados. Los adictos al trabajo suelen ser muy productivos pero desatienden o dilatan su desarrollo, su evolución como seres humanos.

La adicción al trabajo

Para un número cada día mayor de personas, el trabajo ha pasado de ser una carga más o menos pesada, a convertirse en una actividad que acapara toda su vida. No valoran ni se recrean con la libertad que proporcionan los fines de semana o las vacaciones, no saben ocupar su tiempo libre y se sienten vacias.

La ruptura del equilibrio entre acción y contemplación constituye la raíz de esa forma de vivir. Por el contrario, dilatan de forma desproporcionada sus jornadas laborales y se vuelven adictos a las tareas.

La adicción al trabajo "supone un alejamiento del mundo real". Se vuelcan en unas diligencias que les superan y se entregan a ellas con toda su energía. De esa forma, se subestiman y se dedican a una perpetua búsqueda de autoafirmación y reconocimiento social, aunque ello les resultea muy gratificante porque les confiere cierto poder. Se convierten en una máquina productiva que renuncia a cultivar sus sentimientos y reduce al mínimo sus vidas privadas con las consecuencias que ello acarrea en el núcleo socio – familiar.

La motivación

La principal diferencia entre una persona que ama su trabajo y un adicto a este es su motivacion. Una persona equilibrada, aunque tenga un gran volumen de trabajo nunca se olvida de su tiempo libre, cultiva sus sentimientos y aficiones deseando terminar sus tareas de la manera más eficaz. Esa eficacia es lo hace de él un buen profesional.

El segundo suele basarse en el miedo ya que suelen ser ansiosos, agresivos y autistas con los sentimientos de los demás o el compañerismo. El trabajo es su adicción actuando para ellos como un narcótico y liberándoles de tener que enfrentarse a las contrariedades personales no resueltas.

Por mi experiencia deduzco que las adicciones son como formas de evasión de los conflictos. Y cada vez son más las personas que cuentan con una adicción. "La problemática fundamental del paciente neurótico o histérico es la mala relación con su cuerpo, con su sexualidad e instintos, con su propia naturaleza" (Dr. Alfredo Gilmur). Lo que ocurre es que esa mala relación la exteriorizan y acaba afectando a las personas que lo rodean.

{mospagebreak }¿Hay soluciones?

El principal problema no es que las personas que rodean al adicto sepan que lo es. Es él mismo quien tiene que reconocerse como persona enferma. Un buen diagnostico es fundamental para luego hacer una terapia. No debemos pensar en los problemas que evitamos entre nosotros y el adictito al trabajo, sino en la calidad de vida del trabajador. Es posible especular la adicción al trabajo como parte de un trastorno subjetivo más amplio, como se caracteriza al resto de las adicciones. Esta adicción logra confundir a quienes discurran que una determinada personalidad se basa en valores positivos: como el anhelo de ocupar posiciones de poder, de control, del éxito y el prestigio, mezclados con rasgos de personalidad ambiciosos y autoexigentes.

Estas sentirían ser las metas en consonancia con las ideas de un amplio grupo de personas en este cambio de siglo, substancialmente en aquellas definidas como "los que llegan". Se trata de un cierre de cultura "Anglosajón", con un marcado individualismo y una disposición subjetiva subrayadamente narcisista para la concreción de los beneficios personales. En los sujetos sumidos en ese universo de valores, realidades como la libertad, la espontaneidad, la humildad y la preocupación por el bienestar del prójimo son ajenos a sus modos de vivir y de trabajar. Estas personas, que en inglés se caracterizan con el nombres de workholics.

En otras palabras de estrategia "individual", un paso para vencer al enemigo es tratarlo. Aunque que nuestro enemigo no tiene que ser necesariamente la angustia, "esta es para el adicto un síntoma previo a la acción. Ya que luego actuando esta angustia sintomático desaparece. Sí nos planteamos evitar un exceso perjudicial e redundante de desazón, conociendo de qué forma y porqué razones se dispara su representación, que pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas han surgido en las circunstancias generadora. ¿Sabremos él porque?. Ya que la angustia en si misma, no deja de ser una emoción normal de defensa.

Un medio consiste en tener un Diario por Angustias, anotemos cualquier pico de ansiedad revelador, trataremos de averiguar qué acontecimiento concreto lo ha provocado, ¿porqué razón?, Experimentando emociones y qué hemos sentido en tal suceso. Si no situamos hechos precisos desencadenantes de la angustia, sustituiremos los estímulos por una lista de conjetura que respondan a las preguntas: ¿Qué entes de lo que me pasa últimamente y por que esta actuando?, ¿qué inquietudes son las que acuden a mi mente?, ¿porqué me angustio y trabajo tanto?.

De las mucha maneras de representar la angustia, elegimos dos clases de presentarse la angustia:

A) Siguiendo el modelo de "causa" igual a "reacción"

B) Siguiendo un modelo de 'no sé porqué pero me encuentro nervioso/a'

En estas suposiciones obtendremos que concebir constar la clase de incidente, ya que podemos estar susceptibles a un cierto tipo de cosas: como albergar y tener una disputa airada, el que se nos preste poca atención, el caso de que esperásemos ayuda y no nos la den, que nos comunican una noticia frustrante, las mil y una situación de la vida.

Una buena recolección de los hechos disparadores nos va a dar un buen perfil de nuestros sitios frágiles más sensibles a la respuesta ansiosa. Esta encuesta agudizará la necesidad de averiguar que hacen las demás personas para manejar este tipo de situaciones mejor que nosotros.

Debemos aprender ha ser justos con nosotros mismos: Y atender a lo urgente sin olvidar lo importante. Lo más habitual es que dediquemos mucha energía a las obligaciones urgentes… ¿PERO QÚE COSA NO ES URGENTE?. Eso es algo que gana con la experiencia. En casos aquellos que se trabajan largas jornadas de trabajo, debe uno tener métodos de cómo pueden conservar un rendimiento eficaz. Se obligaría, por tanto, ha ser diestros para desarrollar hábitos de trabajo para un máximo rendimiento y, en el plano personal, ejercitarse a retomar el control de las emociones porque, de cualquier forma, el trabajo es un medio para vivir. No la vida.

Las empresas ante la adicción al trabajo

En un principio las empresas que contrataban a un adicto al trabajo estaban de encantadas por su productividad y por la ausencia lo problemas laborales que tienen estos sujetos.

Sin embargo, estudios recientes sobre "RR.HH" han demostrado que no es buena política tener en plantilla a los adictos al trabajo, pues aunque sean muy productivos y gente valiosa para la empresa en un primer momento, a largo plazo son perjudiciales en la estructura de funciones, creando más perdidas que beneficios. Todos conocemos a alguien, que se mata trabajando y que nunca cambia de sitio, ni de escalafón. De momento no hay problemas, pero inevitablemente más tarde saldrá la mala salud o un colapso. O peor todavía, si nuestro hombre tiene un cargo de responsabilidad, en su afán ciego de tener más poder, puede cometer un error que genere grandes perdidas a la empresa. Además hoy en día los gabinetes de RR.HH prefieren a personas más equilibradas mayor continuidad en la empresa, sin presentar cuadros de un posible ataque cardiaco como estos adictos. Ahora en EE.UU son las mismas empresas las que dan cursos, seminarios o ayuda psicológica a sus empleados; como mejora de sus funciones.

Es una suerte que en nuestro país este problema no esté generalizado apareciendo aisladamente en algunos individuos.

Publicado en Empleo el 17 de abril de 2006.