El reto de crear una empresa

Mientras que la idea ha de estar bien definida en cuanto a actividad y objetivos de la empresa y se debe hacer un análisis de la situación del mercado, de las posibilidades reales de comercialización y también de viabilidad financiera. Actualmente son cada vez más los hombres y mujeres que deciden convertirse en empresarios. Y este paso lo dan, en la mayoría de los casos, los jóvenes. Desde mediados de los noventa, el lanzamiento de las nuevas tecnologías y la escasez de profesionales en los sectores más tradicionales, conducen a que muchas personas creen una pequeña empresa o bien decidan instalarse por su cuenta.

Son precisamente las empresas de telecomunicaciones (telefonía, televisión de pago e informática) y las empresas dedicadas a los oficios (de fontanería, electricidad, carpintería…) las que están proliferando en los últimos años en nuestra comunidad autónoma.

Análisis de viabilidad

Después de la idea, lo más importante a la hora de crear una empresa es la dotación de recursos. Y en este apartado entrarían los recursos materiales (local y herramientas de trabajo), financieros (capital propio, financiación ajena y subvenciones) y humanos (contratación de personal según las necesidades).

Una vez perfilada la empresa, el siguiente paso es la elaboración de un exhaustivo análisis de viabilidad, en el que se deben tener en cuenta todos los elementos que participan en la constitución de una empresa: producto y mercado, viabilidad económica, producción, recursos humanos y estudio económico financiero.

De esta forma el análisis debería reflejar una descripción precisa del producto y/o servicio (usos secundarios, ventajas competitivas, normas de fabricación, venta…), la definición y cuantificación del mercado (oferta y demanda), los principales elementos que intervienen en la comercialización del producto (política de servicio, precios, política de comunicación…), la producción (fabricación, instalaciones y equipos, materias primas…), los recursos humanos (puestos de trabajo, tareas, estructura salarial…) y resultados provisionales (cifra de ventas, excedente, resultado explotación…).

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Tipos de sociedades

El futuro empresario ya tiene la idea. Además; el resultado del análisis de viabilidad es positivo. Ahora deberá decidir cuál es la mejor fórmula para la constitución y puesta en marcha de su empresa.

En Aragón existen diez tipos de sociedades o trámites administrativos según la actividad empresarial que se quiere desempeñar: Empresario Individual, Sociedad Civil, Comunidad de Bienes, Sociedad Colectiva, Sociedad Comanditaria (simple o por acciones), Sociedad de Responsabilidad Limitada, Sociedad Anónima, Sociedades Laborales, Cooperativas y Sociedad Agraria de Transformación

Aunque existen fórmulas muy variadas, las más recurridas son las de empresarios individuales, S.L., S.A. y las cooperativas. La primera opción (autónomo: persona física que ejerce en nombre propio, por sí mismo, una actividad constitutiva de empresa) es la que menos trabas legales o fiscales exige ya que los únicos requisitos necesarios son: ser mayor de edad, tener libre disposición de sus bienes y no estar incapacitado por sentencia judicial o por quiebra. Por esta razón es la fórmula preferida por los ciudadanos con expectativas empresariales.

Subvenciones

El Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de Empleo, contempla una serie de ayudas económicas para financiar la creación de empresas en la comunidad autónoma. El pasado 13 de febrero el Gobierno de Aragón aprobó tres  decretos destinados al Fomento de Empleo en Aragón, que gestionará el Instituto Aragonés de Empleo.

Dichos decretos se centran en los siguientes aspectos:

  • Contratación estable
  • Apoyo al trabajo autónomo
  • Apoyo a cooperativas y sociedades laborales.