Javier, en París

Mi historia comienza durante un parón laboral en el que realicé un curso de capacitación laboral sobre automatizaciones. Primero que decir que tengo 52 años y con familia, mi mujer y un niño de tres años. Cuando una persona joven se va a una estancia al extranjero simplemente se despide de familia y amigos y marcha, en mi caso tuve que analizar la viabilidad de salir al extranjero con mi familia y también su favorable opinión. Elegimos los meses de verano, yo estuve durante el mes de Junio viviendo y trabajando solo en Paris y durante los meses de Julio y Agosto estuvo mi familia también en Paris. Conseguí una oferta interesante de una empresa Francesa, en Nanterre próxima a Paris, dedicada a la instalación de almacenes robotizados “Scallog”.
El ambiente de trabajo y las condiciones fueron muy buenas, me dejaron libertad para realizar mi trabajo y en un ambiente muy agradable. El resultado final de mi trabajo fue muy interesante tanto para mí al trabajar en un campo en el que tenía un especial interés y también para la empresa que pudo conseguir un primer informe o documento para la certificación de sus equipos a la Directiva de Maquinas Europea.
En el ámbito personal la experiencia fue también positiva y enriquecedora. Tuve la posibilidad de conocer de cerca durante tres meses la cultura francesa en una ciudad tan interesante como Paris y con mi familia. La relación y trato recibido fue muy bueno en todos los sentidos, se puede decir que nuestros vecinos franceses son personas gentiles (utilizando una expresión francesa) y respetuosos, dándote la oportunidad de sentirte como en tu casa de una forma discreta.
Una vez finalizada la estancia de tres meses, de vuelta a Zaragoza, pero con las pilas bien cargadas y con una experiencia enriquecedora que seguro me servirá para afrontar todos los retos que la vida te depara, y con un mayor sentimiento de formar parte de una gran comunidad europea.