La situación del mercado de trabajo nos indica que rotaremos de trabajo 3 o 4 veces a lo largo de nuestra vida laboral. Por este motivo, se hace imprescindible la reflexión antes de comenzar una formación intentando "dar en el clavo" y no malgastar dinero ni nuestro preciado tiempo.
¿Porque en España es tan difícil encontrar el trabajo para el que estudiamos?
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Aunque nos cueste admitirlo, todavía sufrimos el retraso tecno-económico con respecto a países como Francia, Alemania o Inglaterra. Las empresas no utilizan en sus procesos productivos toda la tecnología existente lo que hace que no sea necesaria una mano de obra muy cualificada. Y al consumidor tampoco se le ha acostumbrado a pedir una calidad cuando compra o usa unos servicios. De ahí la gran cantidad de chapuzas. Las empresas prefieren ahorrar dinero en mano de obra o usar trabajadores temporales, que salen más baratos.
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La gran mayoría de las empresas españolas son muy pequeñas en número de trabajadores y las medianas y algunas de las grandes no tienes departamentos o grupos de gestión de recursos humanos, lo que dificulta las contrataciones de trabajadores especializados.
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Hasta hace muy poco tiempo, la formación profesional era un lugar donde iban aquellos que terminaban sus estudios básicos y que no podían o no deseaban seguir estudiando. Así, poco a poco la F.P. se fue convirtiendo en "el batallón de los torpes". Un país que desea avanzar, debe cuidar todos sus sistemas formativos, desde párvulos hasta la investigación, y así aprovechar todo el potencial humano que tiene. Aunque ahora eso esta cambiando.
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Otro factor que impide una colocación satisfactoria, es la negativa del trabajador español a cambiar de lugar de residencia e ir a trabajar a otra localidad distinta de donde estudiábamos y reside la familia o amigos. Aún somos bastante gregarios en nuestros comportamientos.
Tal vez el mayor problema, es nuestra falta de motivación, la falta de ambición y el grado de aceptación de otros trabajos, abandonando aquel que nos gusta y que vemos más lejano cada día.
Habría que potenciar, todavía más, la orientación escolar y laboral en colegios e institutos. Que los alumnos tuvieran una idea clara de cómo se encuentra el mercado de trabajo antes de comenzar la formación profesional o en su caso la Universidad. Que los alumnos tengan una visión general y particular de cada una de las ramas profesionales aumentando su capacidad de decisión y evitando errores fatales.
Si algo falla en el mundo laboral español y está perfectamente olvidada es la orientación profesional.
Tal vez, el problema está en que nos ponemos a hacer unos estudios sin hacer antes un estudio del mercado de trabajo ofrecido en el lugar donde residimos. Cada ciudad, tiene unas determinadas características, un tejido industrial particular, y hoy en día la oferta formativa es muy amplia. Aunque eso es bueno ya que permite diversificación al futuro trabajador, pero también es cierto que se presta a crear confusión al estudiante. Ver dónde nos encontramos nos evitará sorpresas desagradables.
Una cosa está clara. Aunque la suerte influye, aquellos que realizan el trabajo que desean, han perseverado en ello. Son realmente perfeccionistas en sus tareas y trabajos y se exigen lo mejor de sí mismos. Buscan lo mejor de su profesión y si es necesario abandonaran el lugar de donde vienen, aunque suponga unos sacrificios. Estos profesionales casi siempre de una manera u otra llegan a sus metas. Es cuestión de ambición personal y asumir riesgos.