Cada día, por la puerta de un negocio pasan miles de personas, miles de consumidores que, tanto si conocen ese comercio como si nunca han oído hablar de él, pueden convertirse en nuevos clientes. Lo mejor es que para hacerles entrar no hay que hacer grandes inversiones en publicidad, ni preparar campañas en redes sociales ni enviarles una newsletter con las últimas novedades y promociones. Es mucho más sencillo, tan solo hace falta un buen escaparate.
Según diversos estudios, aproximadamente el 35% de las compras que los consumidores hacen en un comercio se realizan por impulso, por eso es importante contar con un escaparate que llame la atención y que dé al paseante información de que ese producto o servicio puede resolver sus necesidades.
Hay que tener en cuenta que quien camina pasa por delante de esta ventana al comercio durante tres o cuatro segundos, un corto espacio de tiempo en el que tomará la decisión de entrar o de pasar de largo hasta otro que sí le llame la atención.
Entramos pues en el ámbito de la seducción, se trata de forzar a que se pare o que, si decide seguir la marcha, se le quede en la memoria lo que acaba de ver. Por ello, no se puede descuidar, ni confiar en que una fachada amplia y bonita hará todo el trabajo. Preparar un escaparate exige una planificación y un cuidado, no sirve simplemente llenarlo de artículos.
Así, la hora de preparar el escaparate lo primero que se ha de pensar es en el concepto que se quiere transmitir, la idea que condicionará la forma y los recursos que se necesitan; desde propuestas minimalistas hasta complejos diseños, lo importante es que se adapte al producto y muestre de la mejor manera posible sus cualidades. Hay que considerar además que este es la tarjeta de presentación del negocio, por lo que no puede ser discordante con la filosofía y el estilo de la marca, sino que debe quedar integrado como parte de un conjunto.
Del mismo modo, también hay que tener en cuenta el momento en el que se prepara. No es el mismo un escaparate de temporada en el que se tratan de mostrar las nuevas tendencias, que uno promocional en el que se presentan mensajes de venta como un 2×1, el que se utiliza para introducir un nuevo producto en el mercado o el que se emplea con motivo del día de la Madre o de las fiestas de la ciudad.
A partir de ahí se trata de jugar con los elementos: el orden de los distintos artículos, la forma en que se muestran los productos, colores que dirijan la atención hacia donde le interese al establecimiento, iluminación, carteles… Todo ello sin olvidar un aspecto que en ocasiones pasa desapercibido, la limpieza y buena conservación de lo expuesto.
Es importante para ello trata de ser creativo e innovador. Se trata de dotar al conjunto de un elemento diferenciador, ya sea porque se crea un espacio sugerente y bonito, o porque despierta la curiosidad, apela a los sentimientos u ofrece una posibilidad de interactuar… las posibilidades son amplias y todos son válidas, pero han de ser originales.
CONCURSO. Para tratar de mejorar la calidad de los escaparates zaragozanos y tratar de difundir entre los comerciantes el importante valor que aporta al negocio, Zaragoza Dinámica, bajo la organización de Nómadas, ha puesto en marcha un concurso que pretende reconocer los mejores de la ciudad.
De este modo, el ganador del certamen, que se conocerá el próximo 5 de diciembre, recibirá 250 euros, una placa conmemorativa, 20 cuñas de radio la semana previa a las fiestas navideñas y decoración creativa del escaparate con frases positivas para resaltar las bondades del comercio de cercanía.