Entrevista a Antonio Gracia Arellano

El cooperativismo de trabajo asociado es una opción que favorece el desarrollo de la economía debido a su doble vertiente de creación de empresas y de trabajo. A su vez, puede servir de contrapunto a los problemas y necesidades sociales del mercado que no encuentran respuesta en los cauces tradicionales. El informe de la Federación Aragonesa de Cooperativas de Trabajo Asociado (FACTA) de julio de 2004 destaca “la capacidad del cooperativismo en los últimos veinte años para crear empleo, mantener puestos de trabajo y continuar con el desarrollo de actividades abandonadas por el empresariado tradicional, revitalizar y hacer competitivas empresas desahuciadas por el capital, responder a las nuevas necesidades sociales así como gestionar eficazmente servicios colectivos a raíz de la externalización de funciones por el sector público”. Su repercusión en la economía local es mayor y más beneficiosa si se tiene en cuenta la época de globalización que vive el mundo hoy en día.

Con motivo de abordar el tema del cooperativismo de trabajo asociado en Aragón conversamos con el presidente de FACTA, Antonio Gracia Arellano, quien además ostenta la presidencia de la Confederación Española de Cooperativas y la vicepresidencia en la Confederación Europea de Cooperativas.

La Federación de Cooperativas de Trabajo Asociado se constituye en el año 1986, aún cuando estuvo dos años funcionando sin que se hubiera producido su constitución legal, ya que no se habilitaba por las leyes de cooperativas este modelo de asociacionismo. Es a partir del 86, cuando se produce un cambio sustancial en las normas que regulaban el asociacionismo cooperativo y, desde ese momento, se constituye legalmente la asociación e inicia un período de actividad mucho más intenso de lo que había llevado hasta ahora. De igual manera, pasa en el resto de España con el asociacionismo cooperativo.

La razón fundamental por la que se crea la Federación es por estructurar una organización que recogiera el conjunto de iniciativas que, al principio, se estuvieron poniendo en marcha en todo Aragón y que estaban absolutamente desvertebradas. Es un período en el que hay un proceso de creación intensa de cooperativas, de trabajo asociado de manera especial. Dado que es un época de crisis en todo el Estado, este tipo de empresa ha tenido una fase contracíclica al contrario que la empresa tradicional. Mientras la empresa tradicional se destruía, se creaban empresas de trabajo social.

Ocurría que se creaban aisladas y parecía conveniente, desde el propio sector, el contar con una estructura que integrara esas empresas y defendiera sus intereses en Aragón. Conforme van pasando los años, se van incorporando funciones que tienen que ver con cuestiones propias de las empresas cooperativas pero también con cuestiones que afectan a la sociedad.

La cooperativa de trabajo asociado es la empresa autogestionaria por excelencia, donde un grupo de personas se reúnen para desarrollar una actividad en común. Es una empresa con un alto grado de participación democrática, dado que quienes participan de la misma tienen los mismos derechos, y es una empresa cuyo objetivo fundamental, establecido por la propia Ley de Cooperativas de Aragón y por los propios estatutos, es crear empleo. Es la única empresa que, entre sus fines, define como objetivo fundamental la creación y el mantenimiento de empleo de las personas que están allí desarrollando una actividad económica.

Simplemente ser una cooperativa. FACTA agrupa a las cooperativas de trabajo asociado que tienen como nexo común identificarse bajo esa denominación. La Federación acoge a cooperativas de múltiples sectores: desde servicios hasta enseñanza pasando por metal, mecánica o construcción. Pero el nexo común es que están formadas por trabajadores y que su objetivo es crear empleo para los mismos.

Se da en la Federación el mismo principio que en las cooperativas, que es el de “puerta abierta”. Una organización que cumpla los requisitos que se establecen, estamos obligados a admitirla, por ese principio de puerta abierta

En lo fines de la Federación estaría el de representación y defensa de los intereses de los asociados. Es fundamental para un determinado sector contar con una organización que defienda sus propios intereses en distintos ámbitos, como el societario, el institucional y el legislativo. Porque si no, las acciones que correspondan al propio funcionamiento de las empresas no se podrían llevar a cabo.

Junto a la representación y defensa de los intereses han ido apareciendo una serie de servicios que forman parte del catálogo de la propia organización. Entre éstos figuran, en primer lugar, la formación y la educación. Es un hecho básico para nuestras empresas. Si la formación es fundamental para cualquier trabajador, en una cooperativa lo es doblemente ya que junto a la necesaria para su puesto de trabajo, es imprescindible para la gestión de su propia empresa.

La Federación ofrece a las cooperativas un catálogo de formación en colaboración con diferentes instituciones para desarrollar a las personas que trabajan en estas cooperativas. Paralelamente a estas acciones de formación, se dan otra serie de servicios que se integran dentro de un área denominada desarrollo empresarial y que cuenta con funciones de asesoramiento de calidad, medio ambiente, comercio exterior, prevención de riesgos laborales… También contamos con asesoramiento económico, financiero, de inversiones, recursos humanos; acciones más comunes dentro del ámbito empresarial. Estamos desarrollando un servicio a través de web que nosotros denominamos Egaleria.coop, que consiste en un centro empresarial para las empresas asociadas donde éstas ofrecen sus servicios.

{mospagebreak }Háblenos del Centro de Iniciativas Empresariales de Autoempleo (CIEA).

En el año 1990, FACTA inicia un servicio que denomina Centro de Iniciativas Empresariales de Autoempleo, cuyo objetivo fundamental es dar soporte a los nuevos emprendedores para que constituyan su propia empresa. Es la primera iniciativa de estas características que se hace en Aragón. La Federación orienta sus trabajos en una determinada dirección y fija dentro de sus objetivos el de la creación de empleo.

Para nosotros como organización, y esto es algo que transmitimos a nuestras empresas, establecemos que no hay mayor compromiso para una institución de esta naturaleza que la creación de empleo. Para ello generamos una unidad que se centra principalmente en apoyar a los nuevos colectivos de emprendedores, en poner en marcha una empresa pero también en dinamizar nuevas experiencias empresariales.

La actitud con la que nace este servicio es claramente proactiva, en el sentido de que esta estructura no permanece físicamente dentro de los locales de la organización a esperar que lleguen los nuevos emprendedores sino que se mueve en los espacios donde entiende que puede haber nuevas iniciativas empresariales: cerca de los centros de formación profesional, de las escuelas taller y de oficios, en entornos locales y rurales. Lo que se hace es dinamizar esos espacios para que se pongan en marcha iniciativas profesionales.

En el CIEA se dan charlas orientativas donde se anima a los emprendedores a poner sus proyectos en marcha. Luego se seleccionan aquellos que son susceptibles de ser apoyados por la iniciativa empresarial y, desde ese momento, les damos soporte realizando los estudios de viabilidad económica y social del propio grupo para, finalmente, llevarlos a la constitución de la empresa y el acompañamiento posterior en la fase de puesta en marcha de la misma.

En los años que llevamos funcionando, lo que hemos contribuido es a crear un gran número de empresas y de empleos. Más del 60% de las nuevas empresas cooperativas que se han creado en Aragón, han sido desde el apoyo de este Centro de Iniciativas Empresariales de Autoempleo.

A la configuración inicial del CIEA, se han ido uniendo nuevos elementos de apoyo a los emprendedores y a las empresas, en la línea clara de la creación de empleo. Hace cuatro años, en colaboración inicial con el Departamento de Industria del Gobierno de Aragón y, posteriormente, con el INAEM pusimos en marcha una bolsa de empleo que permite a personas que pretenden incorporarse a fórmulas cooperativas, encontrar un elemento de referencia para plantear su propuesta a las propias empresas. También sirve como primer paso para que grupos promotores encuentren un soporte técnico que les asesore on-line, además de facilitarles dentro de la estructura de la web el primer análisis del proyecto inicial.

Ponemos en contacto a las empresas entre sí. Cooperativas dentro de la Asociación que necesitan incorporar personas, facilitamos la relación entre la oferta y la demanda. Junto a esto hemos creado también el teléfono del emprendedor, cuyo objetivo es asesorar de forma inmediata cualquier problema que tengan los emprendedores y necesiten de forma rápida una orientación acerca de cómo poner en marcha una empresa. Escuchamos su propuesta y consideramos si es viable.

Así como FACTA tiene al CIEA para asesorar sobre la creación y funcionamiento de cooperativas, otras organizaciones tienen asesorías para crear empresas.¿Cuál es su relación con otras organizaciones empresariales y sindicales?

Realmente no hay una vinculación estrecha entre las diferentes estructuras que estamos hoy en el mercado ofreciendo a los nuevos emprendedores apoyo de estas características. Estamos dentro de la red Emprender en Aragón, en colaboración con el IAF y dentro de la red teórica de instituciones que se dedican al apoyo de los nuevos emprendedores. Pero creo que no hay colaboración real, que debería estructurarse.

Hemos propuesto reiteradas veces en el ámbito institucional, que se produzca en primer lugar una identificación y determinación de los espacios donde actúan y están más capacitadas. En segundo lugar, que se produzca una colaboración mucho más activa entre las mismas. La dispersión y duplicidad de los esfuerzos que hay hoy en día hace que la oferta desanime a los propios emprendedores. Sería mejor que no existiese una dispersión de ofrecimientos y divisiones sobre la puesta en marcha de un negocio, porque sino conduce a la confusión e incluso hasta a la competencia. No se debe monopolizar el apoyo.

{mospagebreak }¿Organizan jornadas para poner en contacto futuros socios?

Hemos propuesto al Gobierno de Aragón sesiones de lo que denominamos formación-acción. Es un modelo ya experimentado en muchos países, de manera más cercana en Italia, en espacios de lo que se denominan nuevos yacimientos de empleo. En especial, en los servicios a las personas, ya sean servicios de guardería, a las personas mayores, de ocio… que en Italia ya están mayoritariamente desde fórmulas cooperativas. Nosotros planteamos que es posible un modelo de esas características que permita crear de manera intensa un gran número de empleos.

Creemos que esos empleos se podrán crear si realmente las instituciones dinamizan nuevos modelos en espacios en que no se ha experimentado suficientemente, que son aquellos destinados a los servicios a las personas, donde existe una gran demanda por parte de los ciudadanos. Pero no hay una oferta real, que debe generarse en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza, instituciones locales y Diputación General de Aragón para poner en marcha servicios donde participen personas, después de procesos de colaboración intensas.

Paralelamente, hay que poner en contacto a las empresas que están funcionando dentro del sector servicios a través de programas de lo que antes comentaba de formación-acción. Estructuras que ya están en funcionamiento dinamizan voluntades de personas para prestar un determinado trabajo. Pero puede suceder que no sepan como llevarlo a cabo o no quieran crear una nueva empresa sino integrarse en una ya existente. A través de esos programas, formamos a esas personas para integrarse en empresas en funcionamiento para, posteriormente, empezar a trabajar.

Sería imprescindible que el Gobierno de Aragón, Ayuntamiento e instituciones locales establecieran claramente, dentro de sus cláusulas para poner en marcha estos servicios, una de carácter social que evitaría que empresas que no tienen este tipo de carácter pudieran desarrollar estas iniciativas.

¿En qué medida influye la temporalidad y la precariedad de los contratos para pensar en formar una cooperativa?

Este es uno de los temas que están sobre la mesa de todo el mundo como algo fundamental, hay que eliminar la precariedad. En esta Comunidad las tasas de desempleo están en unos niveles razonables, las que no están en unos niveles razonables son la precariedad y la tasa de temporalidad.

En España estamos hablando de una tasa del 34% más o menos. En Aragón nos movemos por el 24% y tengo que decir que, en el sector cooperativo dentro del trabajo realizado por trabajadores, nosotros estamos en una tasa de temporalidad del 8%. Estamos 16 puntos por debajo de la tasa de temporalidad que se da en el conjunto de Aragón. Si consideramos en este grupo a los trabajadores que no son socios dentro de las cooperativas, nos moveríamos en una tasa de temporalidad que subiría del 8 al 13%. Con todo, 11 puntos por debajo de la tasa.

Estamos ante una fórmula empresarial que, como antes decía, su objetivo no es solamente la creación de empleo sino la creación de empleo de calidad. Estatutariamente, por ley, el empleo que se crea dentro de este tipo de sociedades es de carácter indefinido. Por lo tanto, la precariedad que existe es mínima.

A finales del 2003, 1170 nuevas cooperativas dan empleo a más de 11000 personas, que supone aproximadamente cerca del 5% de la población activa de Aragón de carácter privado. El Gobierno de Aragón plantea primar a las empresas cuya tasa de temporalidad esté en unos niveles del 20%. En esa propuesta debería ponerse de manifiesto que hay un sector que está muy por debajo de esa tasa de temporalidad

¿Cuáles son los sectores con más futuro en el mercado?

Para nosotros la tendencia clara está dentro del sector servicios, en especial el terciario, todo lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías. Gente con formación que conoce el espacio y el ámbito en torno a las nuevas formas de empleo y los servicios a las personas. Hay posibilidad por parte de los poderes públicos de dinamizar esos sectores. Hay una gran necesidad de esos servicios. Hay una población altamente envejecida que los demanda y hay personas que tienen que dedicarse a eso en las unidades familiares, generalmente mujeres.

Si consiguiéramos dar ese tipo de servicios y lo hiciéramos a través de empresas cooperativas formadas por mujeres mucho mejor. Me refiero aquí al componente social de la posible vinculación entre poderes públicos, destinatarios y prestador del servicio. Prestar el servicio, conseguir crear empresas y liberar a la mujer que lo está llevando a cabo en su casa, de manera gratuita, para que aflore al mercado de trabajo y pueda dedicarse a otros servicios.

No es algo nuevo. En el norte de Italia los sectores de servicios, de ocio y de cultura son desarrollados mediante cooperativas y ayudadas por los ayuntamientos de las ciudades. Están funcionando desde hace 50 años. Son estructuras interrelacionadas a través de consorcios de ámbito regional e incluso estatal. Si no hay voluntad pública va a ser muy difícil.

Hay ejemplos en España. En Andalucía, un proyecto que se llama Horizonte Sur cuyo objetivo es la puesta en marcha de residencias para la tercera edad. Se constituyen todas bajo la fórmula de cooperativas. Se van a abrir 25 nuevas residencias en toda Andalucía para la tercera edad. El gobierno andaluz financia el 50% de la inversión de puesta en marcha. Se habla de una media de más de 30 empleos por cooperativa.

{mospagebreak }¿Realizan algún tipo de seguimiento de las cooperativas de sus asociados?

El índice de mortandad de la empresa española está en tormo al 50%, quizá un poco más. En las cooperativas nos movemos en torno al 27 ó 30%. Estamos cerca de más de 20 puntos por debajo de las fórmulas empresariales tradicionales. Es, con todo, un índice de mortandad que debería reducirse. Esto se vincula a lo que antes comentaba con el tema de la orientación de nuevas iniciativas empresariales. Hay un dato que esta estudiado por el Centro de Iniciativas Empresariales de Autoempleo. Del total de empresas constituidas, que en este momento pueden estar en torno a las 300 empresas, mientras el índice de mortandad de la empresa tradicional está un poco por encima del 50%, el de cooperativas está entre el 27 y el 30% con carácter general. En el caso de las cooperativas que han sido asesoradas por el Centro de Iniciativa Empresarial de Autoempleo está en torno al 10%. Estamos ante unos índices de mortandad prácticamente inexistentes, en el sentido de que no responden a iniciativas empresariales que no se deberían haber puesto en marcha sino a razones del propio mercado que son difíciles de controlar en el proceso de puesta en marcha de una empresa.

Lo más sorprendente de ese 10% es que son empresas que ninguna ha desaparecido en los 3 primeros años. En un momento determinado, circunstancias del mercado hacen que la sociedad no pueda afrontarlo. Sobre todo, en sectores maduros como la construcción o la industria con carácter general que requieren grandes inversiones. Se hace cada vez más evidente la necesidad de una buena labor de asesoramiento y orientación, que hace que la empresa se mantenga el mayor tiempo posible. Ocurre que otros tipos de orientación que nosotros vemos, optan por otros parámetros. Lo que se plantea no es la duración que pueda tener una empresa sino constituirla lo más rápido posible a riesgo de un fracaso cercano. Eso es lo que puede pasar si prosperan planteamientos como la Ley de Sociedades Nueva Empresa.

Nuestro objetivo es que quien quiere crear una empresa lo haga con las mayores garantías. Nos gustaría que el resto de las organizaciones tuvieran esos planteamientos. Nos daríamos cuenta de la importancia que tiene el asesoramiento y que el objetivo no es crear para ponerlo en una estadística simplemente, ya que podrían preguntar, cuál es el índice de mortandad, ¿es elevado? ¿Qué pasa entonces con los nuevos emprendedores? Se muestran remisos a fundar otra empresa. Eso hace que el potencial de autoempleo que podría haber disminuya considerablemente. No se trata de correr y de dar cifras sino de que esas cifras sean estables.

El número de cooperativas ahora es de 1170, que dan trabajo a 11000 personas. El número de cooperativas asociada a FACTA es de un 65%. Mayoritariamente, en los últimos años, hay más cooperativas creadas por mujeres que por hombres. Hasta hace cuatro años era al revés. Es un sector muy joven. Empieza a crecer desde los años 1985 al 2004. Hasta el año 1980 se habían constituido el 17% de las cooperativas, del 1991 al 2002 lo hicieron el 52,49%.

Atendiendo al origen de las empresas, se distribuyen de la siguiente manera: el 64,6% en el 2003 son empresas de nueva creación, el 25,3% de las mismas tiene su origen en una empresa en crisis y el 10,1 por ciento proceden de la transformación jurídica de empresas ya existentes. Antes se creía que este sector estaba basado en la transformación de empresas en crisis. Por último, cabe señalar que, en lo relativo a la distribución sectorial de las cooperativas, un 44% pertenecen al sector servicios, un 37% a industria, un 15% a la construcción y un 4% al sector agrario.

La más importante que nos formulan los emprendedores es si conseguirán mantener su puesto de trabajo. Lo otro son dudas de tipo administrativo. Si pueden acceder a la Seguridad Social, si van a tener o no contrato y de qué tipo, si van a estar en el Régimen General o si recibirán la percepción por desempleo. Pero son dudas de menor cuantía. Las propias de la puesta en marcha, de la viabilidad de la empresa. Todo se resume en saber si van a tener un empleo digno, no en si van a ganar mucho o poco dinero.

{mospagebreak }¿Reciben algún tipo de subvenciones, ayudas o incentivos fiscales?
Sí, por la creación de empleo y por estar dentro del marco general de las políticas de subvenciones. Debo señalar algunos aspectos de las mismas que son curiosos. Por ejemplo, las ayudas a la creación de empleo del Gobierno de Aragón son de menor cuantía para la incorporación a sociedades corporativas que para una empresa que contrata un trabajador asalariado de carácter indefinido. En general, dentro de la política de subvenciones estamos dentro del marco general.

La diferencia fundamental de este sector está en la política fiscal. Las cooperativas tienen una norma fiscal específica, con tratamiento fiscal diferenciado. Básicamente, en el impuesto de sociedades cuentan con un tipo reducido y en el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos están exentos. Las sociedades tributan el 20% y luego tienen una bonificación del 50%, con lo cual estamos hablando de un tipo en torno al 10%, 25 puntos por debajo de la empresa normal que no sea de reducida dimensión. En general, el tratamiento es el mismo.

También tienen un tratamiento específico en el Régimen de la Seguridad Social, que es la única fórmula empresarial o societaria a la que se permite optar por el Régimen General o el de Autónomos. No hay grandes diferencias excepto en el ámbito fiscal.

Teóricamente, la Constitución establece que los poderes públicos promoverán eficazmente las sociedades cooperativas y eso debería tener mayor traslado a los ámbitos normativos y de apoyo al sector que tiene, pero no recibe la importancia requerida.

En la propia Ley de Cooperativas de Aragón, hay un capítulo relativo a fomento de cierta importancia donde establece un compromiso del Gobierno de Aragón en apoyar este tipo de empresas. Probablemente, sea una de las pocas leyes que establece una declaración institucional de semejante magnitud. Pero hay que comentar que queda mucho por hacer. Esta comunidad autónoma tiene que dar todavía un paso decisivo desde el punto de vista presupuestario para desarrollar una mejor política.

Hay una creciente preocupación de la sociedad por el medio ambiente. Muchas empresas valoran y cuidan este aspecto incluso como uno de los estandartes de su marca para fortalecer su imagen. ¿Cuál es la relación de FACTA con el tema del medio ambiente? ¿Asesoran a sus asociados sobre esta materia?

Nuestro objetivo es hacer todo lo posible para que el desarrollo tenga el mayor grado de sostenibilidad posible. Hemos estado colaborando desde hace unos años con la Fundación Ecología y Desarrollo. Desde hace 5 años tenemos un espacio de asesoramiento en materia de calidad, de prevención de riesgos laborales y medio ambiente y asesoría on-line.

Este año hemos llegado a un acuerdo con el Departamento de Medio Ambiente para crear una web específica sobre este tema. Vamos a incluir desde normativa medioambiental, orientación de carácter general a las cooperativas, cómo tienen que desarrollar este tipo de medidas las empresas por sectores hasta una labor divulgativa acerca de cómo implantar estos sistemas.

Se van a realizar dos clases de acciones formativas. Una dedicada exclusivamente a gerentes o responsables en áreas de producción de cooperación en temas de calidad medioambiental y, otros más generales, para todos los socios de cooperativas y generar una verdadera conciencia ecológica.

Somos una pequeña asociación que tiene un gran espíritu de participar activamente en la sociedad. Empezamos con el tema del empleo, de la calidad, luego la prevención y hace 5 años se inició una asesoría on-line sobre la materia medioambiental. Es uno de los temas que figuran en nuestro plan estratégico en el que vamos a trabajar intensamente. Hemos contado con una gran disposición por parte del Departamento de Medio Ambiente.

{mospagebreak }¿Cómo es el nivel del cooperativismo en Aragón?

Creo que está cumpliendo con su función empresarial desde una perspectiva completamente diferente a lo que hace la empresa tradicional. Por lo tanto, se está creando empleo de calidad. Creo que debería mejorar en algunos aspectos en muchas cooperativas lo relativo a la gestión. Hay un 20% del total de cooperativas, que no deja de ser un porcentaje elevado de empresas, que podríamos llamar excelentes. Es decir con niveles de gestión importantes, con una participación intensa de todas las personas que trabajan, con unos buenos resultados económicos, con políticas formativas dentro de la empresa. Creemos que ese porcentaje debe subir hasta colocarse en un 40 ó 50% de esas empresas excelentes.

¿Qué hace que ese tipo de empresas no esté en mayores niveles?

Desde luego tienen un déficit formativo importante, porque no hay una verdadera política formativa respecto a este sector. La participación de la cooperativa de trabajo en la formación de la comunidad tiene niveles muy bajos y eso debe cambiar radicalmente. Estamos intentando que el INAEM y el Departamento de Economía nos apoyen en esa dirección de conseguir cambiar esa orientación, porque la formación que recibe este sector, pese a ser un elemento estratégico, está en niveles bajos. Es un sector que tiene que evolucionar. Sobre todo en aquellos que tienen funciones de subcontratistas, que es un mal generalizado de la pequeña empresa en Aragón, no sólo de las cooperativas. Que sean empresas con mayor grado de autonomía y decisión.

Desde el punto de vista empresarial, estamos en un nivel adecuado. Creo que no lo estamos en cuanto a creación de cooperativas. En esta comunidad deberíamos estar trabajando en unos niveles en los cuales se crearan entre 220 y 250 cooperativas al año. Se están creando unas 70 y creo que tiene que haber un cambio en la política del gobierno, en el sentido de apoyar cooperativas de esa naturaleza. Sí está a un gran nivel en cuanto a la presencia institucional.

El cooperativismo de trabajo aragonés goza de relevancia en el ámbito español y europeo. Tradicionalmente, siempre ha estado en los órganos de gobierno de la Confederación Española de Cooperativas y en la Federación Europea de Cooperativas. Desde hace 12 años, se ostenta la presidencia de la Confederación Española de Cooperativas y una vicepresidencia en la Confederación Europea.

¿Qué opina del tratamiento de la DGA sobre el tema del cooperativismo?

El Gobierno de Aragón no ha llegado a intimar con detenimiento con lo que sería desarrollar políticas más intensas a favor del cooperativismo. Estamos en una fase de aproximación. En los dos últimos años hemos avanzado, se han modificado posiciones, aunque todavía estamos un poco alejados de lo que sucede en otras zonas, por ejemplo de la Comunidad Autónoma de Andalucía, Extremadura, Murcia o Cataluña. Creo que sería importante que el Gobierno de Aragón diera un cambio sustancial a su política y la convirtiera en una política de hechos. Sería interesante que recogiera a través de la colaboración intensa con el sector propuestas que se tienen sobre la mesa y que serían importantes para el desarrollo del mismo.

Para eso le hemos planteado al Gobierno de Aragón, y tiene sobre la mesa desde el año pasado 2003 antes de las elecciones autonómicas y generales, la necesidad de un pacto con el cooperativismo en su más amplio sentido en Aragón, para desarrollar una política que permita no sólo la creación de empleo sostenible sino el desarrollo y crecimiento socioeconómico con propuestas diferentes a las que en este momento se están poniendo en marcha.

Para ello sería necesario que el gobierno diera paso a algunas de las proposiciones que la Ley de Cooperativas de Aragón señala de generar espacios de interlocución, de habilitar procesos de diálogo con el sector, de instrumentar nuevas formas para que se creen cooperativas que son recogidas dentro de esa Ley y, por supuesto, la creación de lo que se denomina el “Consejo Aragonés del Cooperativismo” como instrumento institucional básico de participación y diálogo. Sin ser una postura negativa, se puede ser más sensible con las necesidades del sector, con la potenciación en la creación de empleo que puede aportar a colectivos como mujeres, jóvenes, población inmigrante, con el desarrollo sostenible en zonas donde este no va a ser creado, a menos que venga de cooperativas del tipo que sean.

¿Cómo valora la andadura de FACTA hasta nuestros días?

Positiva. Con luces y sombras. Ha habido momentos en el proceso de desarrollo de esta organización complicados. Estamos hablando de una estructura de pequeña dimensión que precisa de soporte para desarrollar sus actividades de prestación de servicios y que, si no se tiene, es difícil poder llevarlos a cabo. Lo que sí que valoramos es que los objetivos y el fin por el que se creó esta organización se han cumplido sin ninguna duda. Hemos contribuido a fomentar y desarrollar el cooperativismo en Aragón, a apoyar a los empresarios a crear empleo y hemos participado activamente en la construcción de un cooperativismo de mayor dimensión, de una economía social en su conjunto de mayor envergadura tanto en la Comunidad Autónoma de Aragón como en el resto de España.