Trabajo y familia: el equilibrio deseado

Conforme el progreso avanza se superan viejas estructuras y se crean otras nuevas. La familia tradicional, en la que el hombre se encargaba de llevar el dinero a casa y la mujer del cuidado del hogar y de los hijos, ha contemplado el nacimiento de nuevos modelos que variaban los roles de sus componentes. La incorporación de la mujer al trabajo supuso una novedad a la que la sociedad no estaba “preparada”. Se tenía el punto de vista de creer que el trabajo era algo exclusivamente del varón y que la mujer incurría en una injerencia al inmiscuirse en su territorio.

No hay una única causa para explicar el deseo de la mujer de ocupar un puesto de trabajo. Podemos encontrar una serie de motivos que abarcan desde el anhelo de independencia económica, de realización personal hasta la necesidad de incorporar otro sueldo al hogar.

Un tema controvertido ha sido la dificultad para las mujeres que trabajan fuera del hogar de crear una familia. Debe dejar de considerarse la natalidad como un problema. Muchas empresas no quieren contratar mujeres embarazadas. Incluso cuando se quedan en estado son despedidas. Por no hablar de ignominiosas cláusulas que obligan a no tener hijos mientras se esté en plantilla.

Cimentar una carrera profesional y acoplarla con el nacimiento de los hijos es una opción que ha suscitado diversas opiniones entre las mujeres. Un estudio de la Dra. Catherine Hakim, Investigadora del Departamento de Sociología en la London School of Economics, revela que el 20% se decanta por desarrollar su carrera profesional, otro 20% prefiere dedicarse por completo al cuidado de sus hijos y el 60% restante es el que desea compatibilizar la atención a la familia con un empleo remunerado. Los mitos de que la realización femenina pasa exclusivamente por la maternidad o únicamente por el acceso al mercado laboral ceden terreno ante el alto porcentaje femenino que desea armonizar ambas situaciones. Es en este último colectivo donde tendrán mayor incidencia las medidas acordadas para coordinar la vida laboral y familiar.

El conciliar empleo y familia es una cuestión que compete a todos los estamentos sociales y no debe ser sólo un “estigma” que deba acarrear la mujer. Existen vías para que ello pueda llevarse a cabo como pueden ser la adopción de políticas que favorezcan que tanto el hombre como la mujer puedan compaginar sus carreras profesionales con la posibilidad de tener y dedicar tiempo a la familia, la concienciación por parte de los empresarios de que existen soluciones en este sentido que protegen y estimulan su crecimiento económico, y la revisión de pautas de comportamiento familiares para que desemboquen en una mayor participación de todos sus miembros en las tareas y cargas del hogar.

Con la invención por Watt de la máquina de vapor y el inicio del proceso de la Revolución Industrial, la mujer sale a realizar el trabajo fuera del hogar. Labores extremadamente exigentes que indican su capacidad para realizar pesadas faenas. Mucho ha pasado desde entonces. Es notorio el auge en los últimos tiempos a profesiones y puestos de responsabilidad típicamente ostentados por varones. Hace años, parecía estar relegada a realizar cometidos menos cualificados.

La mayor integración social y los avances conseguidos para igualar sus derechos hacen posible que, a pesar de tener una mayor incidencia en aquellas actividades consideradas históricamente femeninas, pueda observarse un mayor posicionamiento en carreras como la medicina, el derecho y cargos en los que detentan mayores responsabilidades. Una vez conseguida la meta del empleo, surge el deseo de coordinar la vida laboral y familiar.

El progreso y las nuevas tecnologías brindan la oportunidad de que la mujer pueda conseguir este propósito. El teletrabajo hace posible que los trabajadores puedan realizar sus tareas profesionales y estar con su familia. En palabras de Cecilia Castaño, Catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, a Cibersur “el uso de Internet no ayuda directamente a la conciliación entre lo doméstico y lo profesional, pero mejora la situación al facilitar la comunicación con la familia, continuar el trabajo desde casa y realizar gestiones y compras sin desplazarse”. El acercamiento desde la educación primaria a los estudios de nuevas tecnologías y la toma de conciencia de la validez de sus servicios para resolver problemas reales son otros de los caminos propuestos por ella para el avance de la mujer en un sector que plantea soluciones interesantes para unir trabajo y familia.