Energía eólica: la respuesta está en el viento

Desde Río de Janeiro en 1992 hasta Johannesburgo en 2002, pasando por las recomendaciones del Libro Blanco y el Protocolo de Kioto, se hace necesaria la revisión del actual sistema energético. En estas cumbres se insta a los países a que reduzcan sus emisiones contaminantes y a usar otras fuentes de energía como las renovables. La sostenibilidad de este sistema se pone en evidencia y hace peligrar la viabilidad de un proyecto que integre a los más desfavorecidos.

Así se aprecia en el Seminario I+D de León (Nicaragua), en el proyecto “Energías renovables y oportunidades de empleo”. Según su análisis, las élites que controlan los combustibles comerciales en el mundo hacen que el desarrollo se haga a cualquier precio. Por lo que la búsqueda del progreso queda supeditado al uso de energías tradicionales, tecnologías y redes de suministro que estos grupos de presión controlan. Los países desarrollados se encuentran atrapados en sistemas energéticos altamente dependientes, mientras que los económicamente débiles se quedan fuera del mercado. Más de 2000 millones de personas no tienen acceso a la electricidad, ni a los servicios energéticos básicos.

Las energías renovables surgen como la alternativa a los combustibles tradicionales. No contaminan, su coste es menor y son accesibles a cualquier país. Estas ventajas hacen que el mundo haya puesto sus ojos en ellas. Su incidencia, todavía menor, se va notando progresivamente en la producción de los Estados. En especial, destaca la energía eólica. La fuerza del viento y su aprovechamiento tiene especial acogida en la Unión Europea, donde España se sitúa como una de las principales potencias.

Energía eólica

 

Muchas vueltas se han dado al problema de la producción, así como a la capacidad y duración de los recursos energéticos. La crisis producida en los 70 sirvió de aviso para tomar conciencia de la dependencia del petróleo y de la necesidad de afrontar el futuro apostando por otras fuentes más perdurables. La energía eólica es la que mejores resultados ha obtenido y la que puede ofrecer mayor rentabilidad.

Estos modernos molinos pueden producir energía eléctrica de forma aislada o en conexión directa a la red de distribución convencional. En el primer caso, los aerogeneradores son de pequeña y mediana potencia. Sirven, entre otras cosas, para usos domésticos, agrícolas, repetidores de telefonía o TV. También pueden ser de gran potencia en casos como la desalinización de agua o la producción de hidrógeno. En la conexión directa a la red se puede optar por aerogeneradores de gran potencia o tratarse de molinos de menor envergadura conectados entre sí, lo que se denomina parque eólico.

El aprovechamiento de esta fuente renovable comporta una serie de ventajas que no conviene desdeñar. Es inagotable, no hay transformación de combustible y no contamina. Un parque de 10 MW evita que se generen al año 28.480 Tn de CO2, gas que favorece el efecto invernadero y el cambio climático. De esta manera, no se destruye la capa de ozono ni se crea lluvia ácida.

Otro factor importante es que se suprimen los riesgos de accidentes por el transporte de la energía, eludiendo peligros tales como las mareas negras o el traslado de residuos nucleares. Económicamente, resulta muy rentable ya que no sólo reduce el consumo de petróleo sino que comparativamente su coste es mucho menor que las centrales térmicas de carbón o la energía nuclear.

A pesar de ello, también tiene sus contrapartidas. Sus detractores argumentan el negativo efecto visual que producen, ya que por su localización se encuentran en unos enclaves que delatan la presencia de estas moles. La proliferación de los parques eólicos en determinadas zonas podría arruinar la belleza paisajística que estas ofrecen. El ruido es otro hecho a tener en cuenta. La casa más cercana debe estar, por lo menos, a 200 m para no verse afectada por el estrépito que crea el roce de las palas con el aire. Por último, hay que señalar el impacto que tiene sobre la fauna. Las aves son las más afectadas debido al peligro de colisión contra las palas y los cables.

Ventajas e inconvenientes deben ser ponderados antes de la creación de un parque eólico. La normativa señala la realización obligatoria de un estudio de impacto medioambiental. En él se analizan cuestiones como el lugar elegido, así como la distancia hacia los núcleos urbanos y espacios naturales protegidos. Durante la explotación deben presentarse informes medioambientales periódicos. Además, se toman medidas para paliar las posibles desventajas que el parque eólico pueda originar, como pintar los postes para que pasen lo más desapercibidos posible o, si fuera necesario, enterrar los cables. Cuando acaba la vida útil de los aerogeneradores, se estima que entre 25-30 años, deben retirarse y hay que volver a replantar en el hueco que dejaron.

Situación mundial

El creciente avance experimentado por la energía eólica en las últimas décadas hace que se esté consolidando como una seria alternativa a los combustibles tradicionales. Su auge y creciente uso ayudaría a frenar la dependencia de muchos países del petróleo, que supone una carga en sus economías. Los datos presentados en la Conferencia Europea de Energía Eólica, EWEC 2003, así lo evidencian. Se puede comprobar como a fines del 2002 la capacidad de energía eólica en el mundo era alrededor de 32.000 megavatios, lo que equivale a abastecer de electricidad a 40 millones de europeos.

 

También se pone de relieve la mayor preponderancia de Europa en la producción frente al resto del mundo. De la potencia total mundial, 32.000 megavatios, Europa aporta 23.500 MW. No es de extrañar que el 75% de la energía eólica mundial esté instalada en la UE y que su mercado haya crecido en un 35%. Dentro de la UE, tres naciones ocupan un lugar destacado. Entre Alemania, España y Dinamarca produjeron casi el 90% de la capacidad eólica de Europa en el 2002.

 

Arthouros Zervos, presidente de EWEA y portavoz de la Conferencia se hizo eco de esta relevancia europea al manifestar que “la energía eólica es la tecnología energética de crecimiento más rápido. Europa no es rica en petróleo, carbón o gas pero dispone de vastas fuentes eólicas y las empresas europeas son líderes mundiales en la producción. La tecnología eólica es el “Microsoft” de Europa”. Se explica así, que el 80% del mercado norteamericano de turbinas eólicas esté copado por empresas europeas.

 

Para confirmar la buena marcha del sector en los últimos años, el mismo Arthouros Zervos convenía el que “apenas hace diez años, cuando se celebró la primera reunión en Madrid, en España estaban instalados algo menos de 100 MW eólicos, cuando hoy son más de 5.000 MW. Ahora el objetivo es que en el año 2010 tengamos en toda Europa más de 75.000 MW”. A su vez, el Libro Blanco de las energías renovables establece como meta principal el duplicar la parte que les corresponde a éstas en el consumo interior bruto de energía de la UE, hasta alcanzar el 12% en 2010.

 

{mospagebreak }España y Aragón

 

 

Papel importante juega España en esta floreciente mercado. Las cifras la sitúan como segunda potencia mundial (4.832 MW), tras Alemania (12.079 MW). El informe “Estado del mundo 2003”, del prestigioso instituto medioambiental estadounidense World Watch, indica que España aporta más del 15% de la energía eólica que se genera en Europa.

Esta bonanza y aumento de la producción de energía eólica ha favorecido la competencia de la industria española en la tecnología del sector, especialmente en la construcción de aerogeneradores.

Dos empresas nacionales, Gamesa y Made se hallaban entre las 10 primeras del mundo. Con la compra a Endesa del 100% de Made, Gamesa se convierte en el tercer grupo de realización de aerogeneradores. En el año 2002 se instalaron en el país 1.493 MW que, unidos a los ya existentes, alcanzaban los 4.832 MW. La nueva potencia se adjudicó principalmente en cuatro comunidades: Galicia (341,5 MW), Castilla-León (323,9 MW), Aragón (269 MW) y Castilla-La Mancha (241,5 MW), según estudios de la APPA (Asociación de Productores de Energías Renovables). Por comunidades, Galicia es la que ostenta la primacía ( 1.314.955 MW ), a la que sigue Castilla- La Mancha (741.100 MW), mientras quw Aragón alcanza una notoria tercera posición (733.900), observando las cifras del mencionado informe.

El buen momento que atraviesa este tipo de energía en la Comunidad Aragonesa se manifiesta en la creación próximamente de dos plantas de ciclo combinado por las firmas Electrabel y Viesgo Enel en Castelnou (Teruel) y Escatrón (Zaragoza), respectivamente. La potencia entre ambas superará los 1.500 MW.

Corren buenos vientos para la energía eólica en España. Ello obedece a un sistema de apoyo a los precios, a la posibilidad de verter toda la energía a la red así como al derecho a conectarse a ella. Sin embargo, los parámetros establecidos en el Plan de Fomento no siempre se cumplen debido a las trabas temporales, generalmente de origen administrativo, y a la carencia de infraestructuras. La reducción de las primas a la energía eólica parece, de momento, no hacer mella en los empresarios que esperan la nueva normativa de metodología de tarifas.

Se impone un consenso entre Gobierno, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos para acelerar los trámites burocráticos así como incentivar las medidas encaminadas a la investigación y desarrollo tecnológico. Por último, sería un factor importante la inclusión de los costes sociales y medioambientales en el coste energético de los combustibles convencionales.

Empleo

Nos encontramos ante un sector en creciente expansión que une al privilegiado clima y óptima geografía de España para esta energía, una avanzada tecnología que poder exportar. De ello se benefician los numerosos puestos de trabajo creados desde su aparición. El informe “Viento Fuerza 12” anuncia la creación de 1,79 millones de empleos para el 2020. En la actualidad, en España hay un total de 47.000 empleos. 12.000 corresponderían a empleos directos y 35.000 a indirectos, de acuerdo a las cifras de la APPA.

Una interesante realidad que augura un futuro halagüeño. De cumplirse los objetivos previstos para el 2010, que el 12% de la energía en la UE provenga de Fuentes renovables, estaríamos ante la aparición de más de 200.000, conforme a lo previsto por la APPA. De acuerdo con estas cifras, 50.000 pertenecerían a empleos directos y los 150.000 restantes a actividades subsidiarias. Más esperanzadores, si cabe, son los números que ofrece el Club Español de la Energía. En sus cálculos, 265.000 serían los nuevos empleos generados. Aragón verá incrementado su parque eólico con las centrales que se abrirán en Castelnou (Teruel) y Escatrón (Zaragoza). Ésta última acogerá a unos 600 operarios para las tareas de montaje y construcción de la planta.

La importante baza que pueden jugar las fuentes renovables, en especial la eólica, hace que no sólo sean vistas como una forma más barata y limpia de producir energía sino como un factor muy valioso para generar empleo. En el ámbito nacional, alrededor de 700 empresas son las que engloba la industria eólica, a juzgar por las estimaciones del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía ). 400 se dedican a la tarea de desarrollar proyectos y 350 se ocupan de la instalación de equipos, aunque también abarcan sectores como el servicio y la asistencia técnica y el mantenimiento. En torno a 290 empresas prestan sus servicios también en el extranjero, principalmente en América Latina, la Unión Europea y el norte de África.

Es un campo abonado para el desarrollo de múltiples actividades y para la búsqueda de empleo. La oferta se nutre principalmente de carreras técnicas como Biología, Química y, sobre todo, Ingeniería Industrial. Otras opciones posibles son el estudio de la carrera de Ciencias Ambientales y la realización de cursos o algún master dedicado a las energías renovables como el que imparte la Universidad de Zaragoza, con el master de energías renovables.

Enlaces

 

World Watch afirma que el empleo de las energías solar y eólica crece en España un 30% anual

Dinamarca, Alemania y España lideran la industria eólica mundial

El incremento de la potencia de origen eólico en la red eléctrica en España está aumentando de manera notable. España ocupa el segundo puesto mundial en energía eólica, detrás de la inalcanzable Alemania

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Evento internacional de energía eólica – 19/6/03 (España)

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Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA

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