A las dificultades y nervios habituales, se unía el realizar la prueba con una vieja máquina eléctrica y en un tiempo muy superior a mis compañeros, por mi discapacidad. Aprobé con cierta amplitud. Iba por Letras y hará ya sus veinte años.
Creada en 1974, como filtro a la gran masificación que intentaba acceder a un aula universitaria, ha venido adaptándose a diferentes cambios. Ya el ex ministro Mariano Rajoy, teniendo en cuenta las necesidades autonómicas y el nuevo modelo de Bachillerato, hizo que el examen en sí contara sólo un 40% –frente al 60% del conjunto del último curso-, con mayor prioridad de las asignaturas específicamente elegidas.
Dentro de las disposiciones generales de la citada Ley, aprobada por Real Decreto de 22 de octubre de 2000 y bien vista en principio por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), se estipula "La preparación para el ejercicio de actividades profesionales que exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos o para la creación artística".
Se trataría de orientar hacia carreras con mayores salidas laborales. Pero no todo es jauja.
Se calcula su entrada en vigor hacia el 2003. Y cada universidad tendrá su última palabra -examen, cursos previos, historial del alumno-. El alumno podrá inclinarse con una base más segura hacia la carrera que desee.
En opinión de la señora Del Castillo, el cambio es consecuencia natural del descenso en la curva demográfica, a la vez que valora la disponibilidad real de plazas, se aumenta la exigencia y el nivel de enseñanza, así como la autonomía de cada centro. Éste habilitará a sus profesores funcionarios, mediante un examen de carácter general y la vinculación mínima de dos años antes del contrato. El alumno, o el profesor en su caso, podrá recurrir ante cualquier decisión injustificada.
Por su parte, el Conseller de Universitats Andreu Mas-Colell cuestiona la desaparición del examen, ya que en las carreras donde es mayor la demanda que la oferta serán necesarias pruebas de otra índole. Si bien la Junta de Gobierno del campus zaragozano rechazó por unanimidad el borrador de la LRU en que se inserta la tan debatida supresión de la Selectividad.
En mi opinión, una más seria atención en este plano, junto a un mínimo presupuesto económico -lo que no se contempla en la mencionada Ley Orgánica- y la orientación a las carreras con futuro, como las relativas a la informática, el ocio o el medioambiente, abriría una puerta a la esperanza laboral de muchos jóvenes.